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Argonautas – Domingo

Texto Gastón Zampar

Sr Pandereto

Esta fue mi primera colaboración con la revista Argonautas(http://www.revista-argonautas.com), todo un placer trabajar con ello, pues para mi era un reto que nunca había realizado.

El funcionamiento era sencillo, se recibía un texto y hacíamos la ilustración, no sabíamos de quien era el texto, por lo que no existía ninguna referencia sobre los gustos del autor del texto… Las primeras ilustraciones se hicieron cuesta arriba.

El texto resulto ser de Gastón Zampar (http://oscilantecordura.blogspot.com.es) y era el siguiente:

Domingo

“…en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final; pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados.”

Corintios 15:52

Las persianas están bajas. Sólo dejan pasar un tenue rayo de luz que tiñe de una tonalidad apestosa a la atmósfera húmeda, asfixiante. Es domingo. Es el sudor y el dolor de cabeza, es el sabor espeso, amargo y el insomnio crudo. Es recién llegar y apretar la cabeza bajo la almohada y no poder pegar un ojo. Es el periódico con sus cachetadas de realidad y la sed, sobre todo la sed.

Incorporar el cuerpo. Intentar coger un vaso limpio que acaba inevitablemente en tener que lavarlo o beber del grifo. Lo que ocurra primero.

La cabeza bajo el grifo, no saber cómo ocurrió. Refresca, renueva, aclara.
Timbre. Como un campanario dentro del cráneo.
Arrastrar los pies hasta la puerta y observar por la mirilla.
Son cinco, visten ropa formal y, aunque se ven inusitadamente pálidos, desgarbados y flacos, dan un aire de profundidad. La primera impresión supone que son testigos de Jehová o algo parecido.
Silencio.Esperar que se vayan.
– Hola, sabemos que está ahí, podemos verlo a través de la cortina – Dicen al unísono, como una sola voz.
Suspirar. Abrir. Fingir cara de amabilidad.
– ¿Sí? – La mueca no dura mucho.
– Hola, buenos días, somos los muertos levantados de las profecías.
– Ahora no tengo nada…
– No venimos a pedir nada, venimos a anunciar el fin de la tierra y a enseñar el camino…
-Miren, ahora no puedo, estoy ocupado – Una gota de sudor recorre la columna vertebral y se filtra entre las nalgas.
– Eso es imposible, pues nada puede haber que sea categóricamente más importante que el fin de los días. Es Apocalipsis.
– Me confunden, no sé de qué me hablan. – Acostar. Necesidad de recostar el cuerpo y mirar el cielorraso.
– ¿Pero es que no puedes verlo? Llueve sangre, las piedras no pueden mantenerse en su sitio, los hermanos se dañan entre sí y una tormenta de muerte se avecina.
– Disculpen, pero no creo en sus religiones. Soy Ateo.
-¿Tan ciegos están los hombres que no pueden ver más allá de su propia nariz, de su propia estupidez, aunque la realidad los azote en la cara?
– No estoy ciego, ustedes están locos – Cerrar de un portazo violento.
Los muertos se echan ligeramente hacia atrás, sorprendidos, aunque se recuperan en el acto.
– Disculpe, debemos habernos equivocado. Ahora vemos que estábamos errados, nosotros no somos los muertos, ustedes lo son.
Se van caminando lentamente, elevándose como un solo ser, hacia Nirvana. Atrás el mundo arde, arde.

Normalmente empiezo hacer bocetos sobre ideas que se me ocurren (resaca , el Apocalipsis  , el muerto-no muerto, el espejo de la muerte, …), estás son algunas de ellas:

Una vez decidido que me convence más esa distancia que separa a nuestro interlocutor con la puerta, buscando el camino a recorrer para llegar hacia la verdad, donde le esperan los 4 personajes ( muertos-nomuertos), lo suelo pasar a Ilustrator , y vectorizo la idea, hasta dejarla así:

Ya casi la tenia, jejeje, quedaba dar algo más de peso a los cuatro jinetes del apocalipsis , texturas,  etc…

Y la ilustración final :